vida maltrecha que golpeas resentida,
sin piedad sobre los hombros de los hombres moribundos,
abriendo surcos en espaldas y haciendo que esperanzas se derramen
cual gotas de sangre sobre el suelo crudo de esta realidad
que también es creación de tu sucia vanidad,
perdiendo los sentidos a causa del dolor
hasta quedarse tan solo con la eterna oscuridad
que tu creas para ellos, nosotros, para mi...
vida cruel que golpeas con espinas
ensañada en tu objetivo de derribar a toda costa
cada sueño cada brillo hoy te enfrento...
aun con el miedo que late en mi corazón
pero también con la fuerza para hacerte frente hasta el final,
para luchar, para recibir con coraje cada golpe que lances,
fuerza que me otorga la única luz que nunca podrás apagar o alcanzar,
luz que en su ternura decide llamarme papá.
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